GRUPO, EQUIPO Y COHESIÓN

 En la entrada de hoy voy a escribir sobre grupo, equipo y cohesión 

GRUPO, EQUIPO Y COHESIÓN

Una de las características que mejor define a un grupo es la interacción entre los miembros que lo conforman. Los integrantes sienten que, si quieren llegar a la meta deseada, tienen que depender unos de otros, compartir objetivos comunes, tener empatía, atracción interpersonal y deben ser capaces de comunicarse libremente.

El psicólogo Kurt Lewin (1978) explica la interdependencia como factor constituyente de un grupo, y sostiene que:

La cohesión grupal surgiría con el fin de que los miembros del grupo consiguieran las metas individuales, por lo que la motivación para que un conjunto de personas se convirtiera en grupo es el logro de las metas. Por ello, a nivel individual, la cohesión de grupo se relaciona con la atracción del individuo hacia las metas y los miembros del grupo.

 

No obstante, una de las particularidades de un grupo es el sentimiento de identidad colectivo, hasta llegar a sentir el equipo como una unidad en sí mismo y con carácter y personalidad propio.

 

La transformación de un grupo en un equipo se hace de una forma evolutiva y con un gran sentimiento de compromiso y afinidad. Según el investigador Bruce Wayne Tuckman (1965), los grupos pasan por una secuencia de desarrollo de cuatro fases, que va desde la simple agrupación de personas hasta el equipo propiamente dicho:

 

·        Constitución. Los miembros se familiarizan unos con los otros y tratan de averiguar cuál es su lugar y papel en el equipo. Una vez se han asignado los roles, se ponen a prueba las relaciones interpersonales, tanto con los demás compañeros como con el entrenador y el coach. En este momento, tanto uno como el otro, utilizarán una serie de técnicas para promover la interacción y la comunicación en el equipo.

·        Conflicto. Una vez asignados los papeles y los roles puede que haya integrantes descontentos y, de forma inevitable, surgen los conflictos. A medida que los componentes del equipo rivalizan para hacerse con un lugar destacado, puede que las luchas internas lleguen a extenderse tanto a nivel físico como emocional. En esta fase tan delicada, los entrenadores y los coaches tienen que hablar con el equipo y hacerles notar que cada uno de ellos es vital para el buen funcionamiento de la mecánica del grupo.

·        Normalización. En esta fase, la cooperación y la solidaridad sustituyen la hostilidad. Los integrantes dejan de pensar en su propio bienestar y empiezan a pensar a nivel grupal. Esta unión de energía crea una sinergia que los llevará a trabajar hacía un objetivo común, que será la base de los éxitos futuros como equipo.

·        Ejecución. Cuando cada integrante se sienta cómodo con su rol, el entrenador y el coach deben proporcionar un feedback para que, entre todos, lleguen a la meta deseada sin que nadie se sienta excluido.

Cabe destacar que, cada grupo precisa de tiempo diferente en cada etapa. No obstante, cuando el equipo ya está en la fase de ejecución, se puede hablar de la cohesión.

 

Según el investigador Albert V. Carron (1982), la cohesión es un “proceso dinámico que se refleja en la tendencia grupal de mantenerse juntos y permanecer unidos en la persecución de sus metas y objetivos”.

 

Por su parte, los psicólogos Leon Festinger, Stanley Schachter y Kurt Back (1950) conciben la cohesión como “el campo de fuerzas que actúa sobre los miembros de un grupo para que permanezcan en él”.

 

A continuación, se exponen los factores que influyen en la cohesión de un equipo deportivo:


 

No obstante, en determinadas situaciones pueden surgir barreras que afecten la cohesión grupal. Tanto el coach como el entrenador deben evitar que sucedan (Weinberg y Gould, 1996):

·        una incompatibilidad de personalidad dentro del grupo;

·        un conflicto entre el rol social y de tarea entre los miembros del grupo;

·        una ruptura de la comunicación entre los miembros del grupo o entre estos y el líder;

·        la lucha de uno o más integrantes del grupo para conseguir el poder;

·        rotaciones y movilidad frecuentes de los miembros del grupo.

Para evitar situaciones como estas, es fundamental que el coach inculque la cultura de la comunicación tanto entre los deportistas, como entre los jugadores y él mismo. Una buena comunicación y, sobre todo, tener la libertad de comunicarse abiertamente ayuda a que no hayan malentendidos ni se creen estados de tensión innecesarios.

Cristina Luz Marchante 


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Entrenadora profesional de baloncesto con experiencia en España, Alemania e Irlanda y analista de datos en baloncesto nivel 2.

Master en Preparación Física especializado en Baloncesto

Entrenadora de la tercera generación de la EuroLeague Head Coaches Board Academy 2022/23

"FORMAR,CRECER,COMPETIR Y DISFRUTAR"

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